viernes, 6 de septiembre de 2024

Un Cuento. El Pájaro T´í.

 Un Cuento.

El Pájaro T´í.

  Fue a la hora del pozol.  Las compañeras insurgentas me platicaron de los múltiples accidentes, caídas y choques forzados en sus aprendizajes de andar en bicicleta.

  Lo de choques forzados es explicable: cuando perdían el control de la bicicleta y se olvidaban de frenar, elegían rápidamente dónde estrellarse para, así, detenerse.  En veces un árbol, otras el portón de un potrero y, las más de las veces, una zanja.

 Les pregunté por qué no mejor sólo frenar.  Así me respondieron: “De por sí lo pensé, pero la bici no entiende lo que pienso.  Hasta le grito, pero no obedece y se sigue, y entonces entra mi miedo”, explicaba una compañera mientras la sanitaria le hacía curación de los arañazos y heridas que consiguió, ya lo imaginarán, cuando decidió “detenerse” contra un alambre de púas.  Sí, podía ser peor, ahí cerca abundan las cuevas.

  “Pero si te avisaron”, le dice otro compa, “clarito lo escuchaste al pájaro”.

  ¿Qué pájaro?, pregunté.

  “Es un pájaro que te avisa que algo malo puede pasar.  No es que de por sí va a pasar, sino que tal vez pasa si no estás alerta y preparado.”

  De ahí siguió una discusión sobre el nombre del pájaro.  Unos decían que “Tii”, otras que “Titil” o “Titil Mut”.  El Subcomandante Insurgente Moisés, que maneja otra variante de la lengua tzeltal, dijo que es “T´í”.

  “En cho´ol le decimos “Tyi’j”, me informa una compañera, “cuando lo encontramos en el camino empieza a gritar, como que si fuera que se asusta y rápido se va volando.  Y ahí donde dicen eso de que está avisando que algo malo va a pasar

  Dos compas insurgentes mecánicos (uno de vehículos automotores y el otro de bicicletas), me explicaron: “que sea que te alerta, te avisa, te advierte que algo malo puede pasar.  Por ejemplo, que hay nauyaca, o viene carro, o que se va a ponchar la llanta…

  “O que te vas a caer de la bici”, agregan mientras miran el desastre que el “frenado radical” dejó en el brazo de la compañera.

  “No es que va a pasar, como quien dice, irremediablemente.  Pero te avisa y ahí tú ves si le haces caso o no”.

  Después de multitud de anécdotas (casi todas ellas de cuando su niñez), que confirmaban los avisos del pájaro “T´i”, quedaron discutiendo: una compañera decía que “depende, si es que hace tres veces y como que está muy apurado, es que está cerca la desgracia y, ni modos, tienes que prepararte”.  Otra: “pero si regresa y hace así (ella prolonga el monosílabo del canto, “tiiii”), quiere decir que era su mentira o que ya pasó el peligro”.

  Unos días después, antes de iniciar la práctica con la bicicleta, el pájaro cantó varias veces.  Todos lo escucharon, pero pensaron que el peligro era para alguien más, no para ellos en lo individual.

  Por supuesto que alguien se cayó y se raspó la rodilla.

  “Es que no lo hiciste caso al pájaro, si claro te está diciendo que te puedes caer”, le reclaman.

  “Sí lo hice caso, pero pensé que no a mí me va a pasar, sino a ti porque no limpias la cadena y la tienes toda oxidada”, se defiende.

-*-

  En todas las partes de ese todo que llamamos “Planeta Tierra”, la naturaleza advierte, alerta, avisa que algo malo puede pasar.  Las ciencias y las artes replican la advertencia.

  Hay quien entiende y se prepara.

  Hay quien entiende, pero piensa que no es a él al que le va a pasar.

  Hay quien entiende, pero se dice a sí mismo que él usa automóvil particular y no bicicleta.

  Y hay quien no entiende el cuento.

Tan-tan.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, septiembre del 2024.

Imágenes de Puentes Imposibles: III Una Carta.

 Imágenes de Puentes Imposibles:

III

Una Carta.

Agosto del 2024.

  En realidad, la carta es muy breve.  Llegó desde el Cauca, en la geografía llamada Colombia, con una solicitud del pueblo originario hermano Nasa.  Creo fue a finales del 2022.  Esperen… sí, llegó el 31 de octubre de 2022.  Los hermanos Nasas pedían que se difundiera un artículo en la página de Enlace Zapatista, o sea que se publicara ahí.

  Yo leí el texto con atención, confronté los datos y pensé: “si se publica en la página, nadie le va a hacer caso.  Y creo que lo que les interesa no es tener muchas “vistas”, sino que lo que ahí se dice lo lean y entiendan acá, en las montañas del Sureste Mexicano.  Entonces vamos a hacer algo mejor que publicarlo en la página de Enlace Zapatista: lo voy a pasar a la dirección política organizativa zapatista.  Que sean ellas y ellos los que lo valoren como lo que es: un puente imposible.”  ¿Por qué “imposible”?  Ahora lo verán:

  En esos días, las compañeras y compañeros jefes estaban ya discutiendo y desmenuzando lo que un año después, sería conocido como “El Común”.

  Las reuniones eran frecuentes, intensas y agotadoras.  Lo sé porque me asomé a varias de ellas y por lo que me iba platicando el Subcomandante Insurgente Moisés.

  Ya desde entonces se asomaba “El Común” en el horizonte, pero en ese momento estaban en las preguntas “¿Qué somos?”, “¿Dónde estamos?”, “¿A dónde vamos?”

  El impacto que la llamada “Gira por la Vida. Capítulo Europa” había tenido en el zapatismo producía su efecto.  Durante semanas, en las reuniones del Comité y en las asambleas de las comunidades, las distintas delegaciones que visitaron las variadas geografías de la Europa de abajo y a la izquierda, informaron basándose en sus apuntes.

  Con y por las delegaciones, el zapatismo había constatado la destrucción que la “modernidad” y el “progreso” producen en los territorios “desarrollados”, la mal llamada “civilización occidental” -que, paradójicamente, está al oriente nuestro-.  Y habían encontrado la semejanza con los diferentes en todos los sentidos: la resistencia y la rebeldía frente a la Hidra, el sistema capitalista.  El todo y las partes.

  En palabras del Subcomandante Insurgente Moisés, coordinador de ese capítulo de la Gira por la Vida: “Está cabrón, tenemos que apurarnos”.

  El balance era para preocupar:

  El proceso acelerado de destrucción del tejido social en México;

 los fracasos evidentes de las izquierdas electorales (el “progresismo”) ya no digamos en transformar las bases de un sistema criminal, también en administrarlo así fuera en la medianía de la mediocridad (erigir la “corrupción” como fuente y causa de todos los males, en lugar de verla como lo que es: un efecto… y fracasar también en el combate a ella), la “toma del Poder” – en realidad la llegada al gobierno por cualquier vía-, no era sino un relevo en el puesto de capataz (presuntuoso, soberbio y autoritario con la peonada, y dócil y humilde con el finquero);

 las protestas cada vez más fuertes y terribles por parte de la naturaleza frente a las guerras de conquista del Capital;

 el avance coordinado del llamado Crimen Organizado y los megaproyectos;

 la migración y las poblaciones desplazadas (los países desarrollados asediados por los efectos de las guerras y políticas de conquista en los llamados territorios “periféricos”);

 la violencia cruel y sádica contra mujeres y otroas (la agresión a lo diferente como nueva religión fanática);

 la niñez convertida en víctima propiciatoria (el sistema sacrificando el futuro de la humanidad en el altar de la ganancia);

 el resurgimiento de las guerras con argumentos nacional-fascistas;

 la normalización de la catástrofe; el colapso pues;

 todo llevaba a una conclusión aterradora: lo que habíamos previsto y advertido décadas antes (y que entonces fue objeto de burlas y desprecios), se estaba cumpliendo.

  El futuro de entonces es ya el presente.

  Pero todo esto ya lo sabe usted.  Que obre en consecuencia, pues ya es otra cosa.

-*-

  Pero volviendo a la carta del Cauca que pedía difusión del texto, le pasé el escrito al Subcomandante Insurgente Moisés y le llamé la atención sobre una parte.

  El Subcomandante leyó el texto y la parte subrayada, levantó la mirada y me preguntó: “¿Tú les contaste?”.  “Claro que no”, les respondí, “no conozco a esos hermanos”.  El SubMoy: “Es que es como si hubieran estado en las reuniones”.

  Y es que, en reuniones de meses previos, el comité, la dirección política-organizativa zapatista había estado discutiendo de los “ismos”.

  La parte subrayada del texto dice:

  En el camino aprendimos que la voz que enseña es Uma Kiwe, nuestra Madre Tierra; ella indica el camino y las estrategias… aunque no han faltado quienes quieran ponerse como asesores del proceso o dar la línea.  Hubo un momento, en 2016, en que el proceso decidió abrir sus puertas a otras luchas para conversar y visibilizar. A partir de allí empezaron a llegar todos los ismos, y todos quisieron poner su línea o evangelizar nuestro proceso con sus contenidos teóricos.

  Todos esos ismos, ecologismo, anarquismo, marxismo, feminismo, maoísmo, institucionalismo, desarrollismo son todos construcción y legado de Occidente, y aunque en los territorios se van tejiendo con los saberes autóctonos, llevan el sello de la racionalidad occidental. Todos los ismos han sido muy valiosos en apoyo y juntanza con este proceso; algunas personas se han mostrado respetuosas; otras, colonialistas. En su momento fue necesario decir: «todos los ismos son bienvenidos, pero aquí somos y vamos a seguir siendo indígenas nasas». La liberación de la Madre Tierra va más allá de los cañaduzales. El saber nasa, que viene de Uma Kiwe, es el sustento de esta lucha, y si tenemos contradicciones es precisamente por esa batalla que se da en el corazón entre nuestro ser nasa y la imposición occidental capitalista.

  Frente a la falsa disyuntiva entre la institución o la revolución, los pueblos proponen rutas alternativas para habitar este presente; las coordenadas del debate desbordan un esquema cartesiano, y nos muestran, con sus formas de habitar y organizarse en la minga, la asamblea, la celebración, las tulpas y rituales, otros modos de vida posibles. Cuando nos preguntan: «¿Rebelión? ¿Revolución? ¿Reforma? [decimos que] lo nuestro es el wët wët fxi’zenxi»

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  En las reuniones de meses anteriores, los comités habían estado recapitulando su historia y, en ella, el paso de todos los “ismos” habidos y por haber, dando órdenes.  Ninguno aportó nada que valiera la pena.  Y claro, también que hubo y habrá gente que sólo vino a sacar lo que podía.  Y se fue cuando ya no pudo sacar más.  No eran “ismos”, sólo eran, y son, unos sinvergüenzas.  Y unas (no olvidar la paridad de género).

Vale.  Salud y acá, además de lodo y dignidad, lo que hay es un “ismo” muy otro: zapatismo.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.

Agosto del 2024.

P.D.- El texto completo se puede consultar en https://www.ecologiapolitica.info/63-andrea-fajardo-camacho/